Es la caída o deslizamiento de la matriz (útero) desde su posición normal hacia el área vaginal.
Hernia del piso pélvico; Relajación pélvica (prolapso uterino); Prolapso del útero
Músculos, ligamentos y otras estructuras sostienen el útero en la pelvis. Si estos músculos y estructuras están débiles, el útero cae hacia la vía del parto, lo cual se denomina prolapso.
Esta afección es más común en mujeres que hayan tenido uno o más partos vaginales.
Otros factores que pueden causar o llevar al prolapso uterino abarcan:
El estreñimiento prolongado y el pujo asociado con éste pueden empeorar esta afección.
Muchos de los síntomas empeoran al pararse o sentarse por períodos prolongados.
Se hace un examen pélvico mientras usted está haciendo contracción, como si estuviera tratando de expulsar un bebé. Esto le muestra al médico cuánto ha bajado el útero.
El examen pélvico puede mostrar que la vejiga, la pared anterior de la vagina (cistocele) o el recto y la pared posterior de la vagina (rectocele) están ingresando a la vagina. La uretra y la vejiga también pueden estar más abajo en la pelvis de lo normal.
El tratamiento no es necesario, a menos que los síntomas le causen molestia. La mayoría de las mujeres buscan tratamiento cuando el útero baja hasta la abertura de la vagina.
CAMBIOS EN EL ESTILO DE VIDA
Se recomienda bajar de peso en mujeres con prolapso uterino que sean obesas.
Se debe evitar hacer esfuerzos y levantar objetos pesados, dado que esto puede empeorar los síntomas.
La tos también puede empeorar los síntomas. Si tiene una tos crónica, pregúntele al médico cómo prevenirla o tratarla. Si es fumador, trate de dejar de fumar. El tabaquismo puede causar tos crónica.
PESARIO VAGINAL
El médico le puede recomendar colocarse un dispositivo de caucho o plástico en forma de rosca, llamado pesario, dentro de la vagina. Este dispositivo sostiene el útero en su lugar y puede ser temporal o permanente. Los pesarios vaginales se ajustan para cada mujer en forma individualizada. Algunos son similares a un diafragma empleado para el control natal.
Los pesarios deben limpiarse de vez en cuando, algunas veces por el médico o el personal de enfermería. A muchas mujeres se les puede enseñar cómo insertar, limpiar y retirar el pesario por sí mismas.
Los efectos secundarios de los pesarios abarcan:
CIRUGÍA
La cirugía no debe realizarse hasta que los síntomas del prolapso sean peores que los riesgos de someterse a la operación. El tipo específico de cirugía depende de:
Existen algunos procedimientos quirúrgicos que se pueden llevar a cabo sin extirpar el útero, como la fijación sacroespinosa. Este procedimiento implica el uso de los ligamentos cercanos para sostener el útero. Hay otros procedimientos disponibles.
A menudo, se utiliza una histerectomía vaginal para corregir el prolapso uterino. Cualquier descuelgue de las paredes vaginales, la uretra, la vejiga o el recto también se puede corregir quirúrgicamente al mismo tiempo.
La mayoría de las mujeres con prolapso uterino leve no tienen síntomas molestos y no necesitan tratamiento.
Los pesarios vaginales pueden ser efectivos para muchas mujeres con prolapso uterino.
La cirugía por lo general brinda resultados excelentes, sin embargo, algunas mujeres pueden requerir un nuevo tratamiento en el futuro.
Se puede presentar infección y ulceración del cuello uterino y las paredes vaginales en casos graves de prolapso uterino.
Es posible que se presenten infecciones urinarias y otros síntomas urinarios debido al cistocele. Asimismo, se puede presentar estreñimiento y hemorroides debido a un rectocele.
Solicite una cita con el médico si tiene síntomas de prolapso uterino.
El tensionamiento de los músculos del piso pélvico usando los ejercicios de Kegel ayuda a fortalecer los músculos y a reducir el riesgo de prolapso uterino.
La estrogenoterapia, ya sea vaginal u oral, en mujeres posmenopáusicas puede ayudar a mantener el tono muscular en el área vaginal.
La pérdida de peso y el hecho de evitar levantar cosas pesadas pueden disminuir el riesgo de prolapso uterino.
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